Es de gran importancia acudir al especialista con el niño/a al menor signo de que vuelca un pie hacia dentro, desgasta anormalmente el calzado o notamos alguna señal de alarma ya que, si se trata en los primeros años de vida (3-5 años), en unos meses se habrá corregido el problema simplemente con unas plantillas.
Sin embargo conforme vayamos retrasando el tratamiento, más tardará en corregirse y a partir de los 12 años ya no se podrá corregir totalmente la alteración.
Es muy común escuchar que los problemas en los pies de los niños/as se resuelven por sí solos durante el crecimiento; pero eso solo ocurre en algunos casos. Por ello si esperamos unos años para ver si el problema del niño/a se resuelve o no, puede suceder que el problema no se haya resuelto y ya sea demasiado tarde para resolverlo con plantillas, quedando como única solución la cirugía.